Januca 2023 Nota 2. Alejandro de Macedonia en Judea 

08/Dic/2023

Por Lic. Esther Mostovich de Cukierman

Por Lic. Esther Mostovich de Cukierman

En el día de hoy publicamos la segunda nota de la serie que la Esc. Esther Mostovich nos dejó sobre Januca, en el día en que se enciende la segunda vela del candelabro (Janukiá). JAG JANUKA SAMEAJ!!!!

Nos situamos en Judea en el año 334 a.e.c. cuando llega Alejandro de Macedonia con sus ejércitos. Sus tropas asesinan no sólo a soldados sino a decenas de miles de población civil, para forzar a los habitantes a aceptar el dominio griego. Esto ha quedado a la vista al descubrirse muchos rastros de esos años en el desierto de Judea. Cerca del Mar Muerto, a unos 14 kilómetros al Norte de Jericó, se descubrió en 1962 la cueva de Abu Shinjeh, junto al lecho del wadi Daliyeh (un arroyo seco casi todo el año, cuyo cauce en época de lluvias, desemboca en el río Jordán). Los arqueólogos han analizado lo que se halló en la cueva: unos 40 fragmentos de documentos escritos en papiro, en idioma arameo, del siglo IV a.e.c.  Hay algunos contratos, sellos personales, monedas. Hay cartas de liberación de esclavos. ¿Por qué los dueños de esclavos los liberarían en una cueva? Es presumible que la respuesta está en que en esa cueva todos se sintieran próximos a morir al ver aproximarse a los soldados griegos. Ahí están los esqueletos de 205 personas. A muchos les clavaron una lanza, a algunos les rebanaron la cabeza o se la aplastaron con una maza…  Era un grupo de gente que huyó de la ciudad buscando refugio de la invasión griega. Todos fueron asesinados brutalmente por los soldados de Alejandro Magno.

Es casi increíble tanta brutalidad ordenada por un rey filósofo, un alumno personal de Aristóteles, pero así fueron los hechos. En el Talmud se unen la Historia y el midrash rabínico. Los rabíes muestran temor y a la vez no ocultan su admiración por Alejandro Magno. Imaginan que en uno de sus viajes, Alejandro encuentra un torrente de agua de tan buen aroma que piensa “este arroyo viene desde el Jardín del Edén”. Sigue el cauce hasta que llega a la entrada del mismo Jardín. Y allí, con prepotencia, exige que le abran las puertas y lo dejen entrar.    ¿Quién está adentro del Paraíso terrenal? Por supuesto, el midrash supone que allí están los rabíes hebreos. Ellos le niegan a Alejandro la entrada al Paraíso, diciéndole las palabras del Salmo   “Esta es la puerta del Señor, sólo los justos pueden entrar”.

Los rabíes ven a Alejandro arrollando con su fuerza a todos los pueblos, queriendo adueñarse de toda la tierra y los cielos, y tienen que aceptarlo, pero declaran que hay límites que los griegos no pueden sobrepasar. Los griegos podrán tener la tierra, pero no el Paraíso terrenal.

-Yo también soy un Señor, contesta Alejandro en el midrash. Quiero que me den una prenda del Jardín del Edén.

Los rabíes le entregan un cráneo humano, una calavera. Alejandro se lo lleva y luego, en su tienda de campaña, pesa el cráneo en un platillo de su balanza. Coloca oro en el otro platillo hasta igualar ambos platillos y cada vez, el cráneo sobrepasa la medida. Luego coloca en la balanza “todo su oro y toda su plata” , según dice el Talmud ,y otra vez, el cráneo pesa más que todo.  Alejandro llama a los rabíes hebreos para que le expliquen el enigma.

-Tapa los cuencos de los ojos con tierra y vuelve a pesarlo, contestan los rabíes. Y de esa forma, el cráneo pesa sólo su peso real. En el Talmud, “El ojo humano no se sacia de querer más y más hasta que está bajo tierra”, enseñan los rabíes al comentar ese extraño relato. Cuando la ambición empieza, no puede detenerse. En esa carrera que se ha propuesto Alejandro, no hay límites. Sólo la muerte lo va a detener.

Diez años más tarde, fallece Alejandro Magno, a los 33 años. No muere en combate, sino enfermo en su cama, en el palacio que había pertenecido a los reyes de Babilonia, diez días después de un banquete. Cual fue la enfermedad o el veneno causante de su muerte no se sabe, pero todas sus esposas, concubinas e hijos son asesinados muy pocas horas después. Se desencadenan sangrientas luchas entre todos los generales griegos para heredar el imperio. En esas luchas los generales se matan entre sí hasta que quedan vivos y victoriosos dos: Ptolomeo, que fija su capital en Alejandría (en Egipto) y Seleuco, que se instala en Antioquía (antes Siria, hoy Turquía). Entre ellos dos se dividen los territorios del imperio de Alejandro Magno. Judea será primero de los ptolomeos y unos años después de los seléucidas. De ellos hablaremos en la próxima nota.